11 enero 2015

Pedro Solís presentó “Cuerdas” en Fuentenovilla

El director explicó en la bilbioteca Blas de Salcedo cuál es el proceso de producción de un corto de animación, después de visionar “Cuerdas”, y resumió su trayectoria vital para los fuentenovilleros.


La biblioteca Blas de Salcedo de Fuentenovilla  acogió la presentación del cortometraje “Cuerdas”, obra del cineasta Pedro Solis. El director guadalajareño fue introducido por Montserrat Rivas, alcaldesa de Fuentenovilla, y por Marta Valdenebro, diputada de Cultura.

La alcaldesa de Fuentenovilla destacó “el esfuerzo que hace la Diputacion por divulgar y extender la cultura por toda la provincia”, y agradeció la nueva presencia de la diputada en la localidad. Fue Valdenebro quien se encargó de presentar a Pedro Solis, y el ciclo “Cuerdas”, con el que recorre la provincia de la que se siente. “Estuve con vosotros en la inauguración del mercadillo de libros este verano -en referencia a la exitosa iniciativa que se puso en marcha en junio- y ya entonces pude comprobar el interés que tiene Fuentenovilla en sus actividades culturales”, afirmó.  

El ciclo guadalajareño de “Cuerdas” arrancó en mayo de 2014 una vez que se había conocido que el corto había ganado el Goya. “Se convirtió en un fenómeno viral. Suscitó un gran interés porque la película es muy especial, tiene la clasificación de especialmente recomendada para la infancia por el Ministerio de Educación y Ciencia debido a los valores que transmite”, destacó Valdenebro. Al respecto de Solis, la diputada subrayó su gran valía humana y la disposición para llevar a cabo la presentación “cuantas veces sea necesario en la provincia”.

Después de la proyección de Cuerdas, la historia de dos niños, María y Nico, este último discapacitado, Solis explicó en detalle cómo se crea una película de animación, que definió, con su humor natural “como un queso de bola, hecho de muchas leches”, en alusión al equipo que trabaja en cada una de ellas. 

El director explicó que la animación parte de un guión, “en el que ponemos por escrito lo que luego se va a ver, siempre teniendo en cuenta que hablamos de imágenes”. Lo siguiente son precisamente las primeras imágenes, o el concept: “los vocetos que luego dibujamos en el ordenador”, explicó.  Solis contó que en esta parte del proceso se utilizan fotos, “como por ejemplo las de los pasillos del Hospital del Niño Jesús, en Madrid, que quise que formaran parte de los escenarios de Cuerdas”, o la de uno de los bancos de los patios del hospital madrileño, que por razones emocionales reprodujo igualmente en el corto, como también lo hizo con el muro de Las Adoratrices. “Vivo allí enfrente, y siempre me ha encantado la mezcla de ladrillo y piedra que tiene”, valoró.  

A continuación es necesario crear el storyboard, o lo que es lo mismo, un dibujo cada cinco segundos del guión. “Si te gusta más que el propio guión, es que vas bien, si no, malo”. En este momento, se incluyen las primeras voces, que no son definitivas. Lo siguiente es el modelado. “Se llama así porque  es muy parecido  a trabajar con barro. Lo hacemos con el mismo concepto, pero con un ordenador”. El texturado da color al modelado de personajes y escenario. “Los dibujantes de los personajes son los más talentosos”, matizó Solis. El layout añade los planos de cámara a la historia. “Incluimos las voces y tenemos en cuenta el giro de cámara”. La animación y las voces, en inglés, dan contenido y mueven los personajes, “es como ponerles huesos y echarlos a andar”. Por último, el Finishing son son los acabados finales del trabajo.

En la segunda parte de la presentación, Solis dibujó su semblanza personal y las vivencias que le han convertido en un exitoso director de animación. Hasta los treinta años, Solis fue técnico electrónico. Reparaba máquinas tragaperras por toda la provincia. Entonces sucedieron tres cosas en su vida. La primera fue cumplir esa edad y la crisis personal que implica superar la “barrera” de la juventud. Además,  aquel año, en 1998, murió su padre y nació su hija. El coctel de experiencias le hizo sentir, “como dicen los de la marca de muebles sueca, que tenía que redecorar mi vida”. 

Llevaba un tiempo aprendiendo a modelar objetos 3D en el ordenador. Su hermano, Juan Solís, ya se dedicaba a ello.  Han pasado quince años. Entonces no existía aún la magia de internet, donde ahora se encuentra cualquier tutorial, cualquier libro o la ayuda de la gente en la propia red. “Aprendí a la antigua usanza, yendo a casa de Juan con una libreta, preguntándole dudas y apuntándolas para no olvidar sus respuestas. Decidí entonces dejar mi trabajo, en el que llevaba fijo diez años,  y lanzarme a la aventura de la animación, primero en el mundo del videojuego, después en el del cortometraje, y más tarde en el de los largos”, contó.

Siendo modelador, Enrique Gato propuso al equipo para el que trabajaba hacer una prueba con un personaje de animación al que llamó Tadeo Jones. “Me pidió ayuda con los escenarios. El productor Nico Matji se enamoró del proyecto  y quiso sacar de él un cortometraje que nosotros nunca nos planteamos hacer”. Ese cortometraje se convirtió en un éxito que ganó más de sesenta premios, incluido el Goya. “De ellos sacamos la fuerza para crear otro más largo. Lo hicimos, y la segunda parte, Tadeo Jones y el sótano maldito, ganó también el Goya. Fuimos entonces a por la película, y se consiguió hacerla”. 

Detrás de esta cadena de éxitos, Solis se planteó su propio proyecto como director de animación. “Acabábamos de terminar el segundo corto de Tadeo Jones. Estábamos en el punto del que hablaba antes, planteando hacer la película. Nació mi hijo Nicolás. Unos días antes comentaba en una cena con amigos que prefería una niña. Los chicos somos más bobos, hacemos el loco con el coche y todas esas tonterías, y yo no quería estar pendiente por la noche de si llegaba o no, a qué hora lo hacía y en qué condiciones. En el momento del alumbramiento, le faltó oxígeno y sufrió una parálisis cerebral aguda. Nunca iba a tener que preocuparme de aquello que dije alegremente. Y  pensé  que hay que tener mucho cuidado con lo  que se desea, porque se puede cumplir. Así nació el personaje de La Bruxa y la fábula y la moraleja que quería contar: una hechicera que busca su amor a toda costa, sin tener en cuenta que, a veces, las cosas salen como deseamos, pero no como queremos. Para dirigirla, tuve la suerte de tener a mi lado un gran equipo de amigos, algunos que tenía ya a mi lado en el mundo del videojuego. Sacamos el proyecto adelante, y ganamos el Goya”.

Con cuerdas el proceso fue completamente diferente. “Estuve meses dándole vueltas al guion de La Bruxa. Tenía claro el personaje y el final. Pero darle cuerpo al argumento supuso un trabajo arduo, de echarle horas y horas. Con Cuerdas iba haciendo footing, ese día salí sólo, pensando en la mala suerte que he tenido con Nicolás, o más bien habría que decir a la mala suerte que ha tenido él, no yo. Mientras tanto, escuchaba la canción de Enrique Bunbury Y al final. El estribillo dice “y al final te ataré con todas mis fuerzas y mis brazos serán cuerdas…”. Al escuchar esa frase, tan hermosa, me vino el corto entero a la cabeza, como si lo hubiera puesto en DVD y le hubiera dado al Play, desde el principio hasta el final. Estaba a un kilómetro de casa. En cuanto llegué, lo escribí de un tirón. Ojalá fuera siempre así el proceso, mucho más rápido y cómodo que darle vueltas a una idea. La inspiración me llegó en un momento anímico muy especial, pensando en mi hijo. Saltó un resorte en la cabeza y salió Cuerdas, que como es bien conocido también ganó el Goya”, dijo.

La presentacion suscitó el interés de los fuentenovilleros que formularon  a Solis muchas preguntas. Como es habitual, Solis le entregó el Goya de “Cuerdas” a su público para que pudiera tocarlo y fotografiarse con él. El concejal de Cultura, Pablo de la Torre, destacó al término de la presentación la “calidad humana de Solis, lo ameno de su presentación y su integración con el público de Fuentenovilla”.