El ferrocarril, un Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol, se salió de la vía y volcó a pocos kilómetros del casco urbano. Las primeras hipótesis apuntan a un exceso de velocidad como causa del siniestro
Un tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol ha descarrilado a tres kilómetros del casco urbano de Santiago y han fallecido 60 personas, mientras que otras 140 han resultado heridas. De estas, 111 están identificadas pero entre 15 y 20 no han podido ser reconocidos todavía. Son cifras todavía provisionales ya que los servicios de emergencia aún no han podido acceder al interior de todos los vagones del tren, uno de ellos totalmente triturado. A los datos le ha dado un cariz de oficialidad el presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Miguel Ángel Cadenas, que se desplazó al lugar del siniestro para seguir de cerca el trabajo del juez de guardia y «alguno más de apoyo». Cadenas, a la 1 de la madrugada, confirmó la existencia de 56 fallecidos. La cifra, según dijo, es muy probable que aumente, pues hay tres vagones prácticamente destruidos en los que todavía se trabaja para buscar víctimas.
El accidente ferroviario se registró sobre las 20.42 horas a su paso por la zona de Angrois. El tren de alta velocidad, en el que viajaban 220 pasajeros, al alcanzar la curva de A Grandeira descarriló y uno de los vagones saltó por los aires e incluso superó el talud que separa las vías del tren. El convoy se partió en dos, y la máquina y los cuatro primeros vagones descarrilaron, otro intermedio voló sobre un terraplén hasta caer muy cerca de unas viviendas, y el resto volcó. Uno de lo de los vagones se elevó más de seis metros hasta impactar con un palco de la música, que destrozó. «El tren empezó a dar vueltas, vueltas de campana, dimos muchas vueltas de campana y quedaron subidos unos vagones encima de otros», relataba uno de los pasajeros.
Renfe ha confirmado que el tren llevaba 5 minutos de retraso, lo que podría incidir en la hipótesis del exceso de velocidad. A pesar de las cortinas de humo y los incendios registrados en varios de los vagones, los pasajeros del Alvia aseguran que no se registró ninguna explosión. «En ningún momento pensé en un atentado. Cuando el tren tomó la curva, tuve la sensación de que iba demasiado rápido y descarriló», explica Sergio, no de los pasajeros heridos. En la misma línea, el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, dice no tener «indiciosque apunten a un atentado».
Los dos conductores del tren salieron ilesos y ayudaron a las víctimas. Uno de los dos maquinistas que llevaban el convoy hablaba por teléfono tras el accidente y no paraba de repetir «descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer».
«Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer»
Hasta el lugar del accidente se han desplazado efectivos de la Policía Nacional, Local, Protección Civil, bomberos y servicios sanitarios de Santiago y de buena parte de la comarca. En las labores participan bomberos de Santiago, Boiro, Ordes, Arzúa, Santa Comba y Deza y los servicios de Protección Civil de A Estrada, Teo e Padrón. «Era muy difícil sacar a la gente porque había cientos de heridos por el medio», aseguraba uno de los pasajeros del primer vagón.
Decenas de médicos de hospitales cercanos, ya estuviesen o no de guardia, se acercaron a ayudar. «Por mucho que veamos a diario, esta tragedia lo supera todo», afirmó una médico del Hospital Clínico que participó en las tareas de rescate en su día libre. En las labores de emergencia están operando una veintena de ambulancias de soporte básico y tres medicalizadas, y se han desplazado otras dos UVI móviles desde Mos y Sanxenxo, además de unidades adicionales de soporte vital básico.
Los vecinos de la zona también están colaborando ofreciendo mantas, palés y sus viviendas para ayudar a los pasajeros heridos. De hecho, algunos están desplazando heridos en sus vehículos particulares hasta los centros sanitarios, para colaborar con el resto de efectivos.
La zona, de difícil acceso, está totalmente acordonada mientras los equipos de emergencia trabajan en la excarcelación de los pasajeros que todavía siguen en el interior de los vagones accidentados. Las autoridades piden que se evite circular por la zona para no complicar las labores de los servicios de emergencia. De hecho, Protección Civil y los bomberos han tenido que levantar a pulso un coche que no permitía que circulasen las ambulancias.
Para información sobre las posibles víctimas del accidente Renfe ha habilitado el teléfono 900101660 y el Concello de Santiago los números 981551100, 981543060 y el 981542993. Los familiares de las víctimas del accidente ferroviario deben dirigirse al edificio municipal Cersia en el barrio de San Lázaro, en la calle Raimundo López Pol, y el Multiusos Fontes do Sar ha sido habilitado como tanatorio provisional.
Los servicios sanitarios han hecho un llamamiento para quetodo el que pudiese se acercase a las instalaciones de Monte da Condesa para donar sangre porque las reservas estaban bajas. El llamamiento hizo su efecto y en pocas horas ya había grandes colas. Fue tal la implicación ciudadana que se saturó el Centro de Transfusión de Galicia y sus responsables tuvieron que pedir que no se acercase nadie más esta noche hasta Monte da Condesa.
El tren Alvia que sufrió el accidente estaba compuesto por ocho coches y dos cabezas tractoras, contaba con propulsión diésel y eléctrica. Cuatro personas conformaban la tripulación. Fuentes de Renfe señalaron que buscarán las cajas negras del tren, que podría aclarar algunas incógnitas sobre el accidente. Seis especialistas de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía han llegado a Santiago para trabajar en la identificación de cadáveres.